Ávila ha sido agraciada con la visita de los Reyes. Me refiero a los de España, que este miércoles 13 de enero vinieron a la murada ciudad para presidir dos inauguraciones: el palacio de congresos Lienzo Norte y el vivero de empresas de la Cámara de Comercio. No es fácil conseguir que los monarcas acudan a un lugar desde donde se les llama. Todos los alcaldes quisieran tener el privilegio de recibir a don Juan Carlos y a doña Sofía como huéspedes de honor, aunque solamente fuese por unos minutos. Supongo que serán muchos los que envíen sus solicitudes a la Zarzuela pero pocos son los que reciben respuesta afirmativa. El de Ávila lo consiguió, a fuer de insistir, y aquí han estado unas cuantas horas, cosa que es muy de agradecer.
La presencia real siempre es importante, máxime si, como en este caso, da respaldo a dos proyectos, ya funcionando, que, aunque diferentes, son firmes apuestas por un futuro mejor para esta ciudad. El palacio de congresos Lienzo Norte, que abrió sus puertas en la primavera pasada, ya es un referente, y más que lo va a ser, de Ávila. Exposiciones, congresos y actos culturales traerán turismo y generarán riqueza, que es de lo que se trata, y harán posible, además, que los abulenses disfrutemos de eventos de calidad en un marco único.
Me atrevo a decir que, junto a Santa Teresa y la Muralla (con mayúsculas), el Lienzo Norte forma ya el trío de los mejores atractivos que Ávila puede ofrecer en la ventana del mundo. Si a estos tres hitos se pudiera añadir, en un futuro cercano, la sede del Museo del Prado, habríamos logrado la ciudad soñada, en lo cultural y turístico. Solamente faltaría, para tener las mejores oportunidades de desarrollo en los dos campos citados, que el tren de alta velocidad llegara hasta aquí, como estaba proyectado en su día. Por soñar, que no quede, pero que, mientras se sueña, se machaque hasta el agotamiento ante quienes pueden (y deben) dotarnos de esta infraestructura ferroviaria tan necesaria para el progreso abulense.
Ávila puede presumir hoy, 13 de enero de 2010, de estos dos regalos que, aunque los Reyes no los han traído, sí los han inaugurado y, con su presencia y cariño, los han elevado a alta categoría ante toda España. Enhorabuena a los que han bregado, y bien, por conseguir estos dos motores que ayudarán al progreso de esta ciudad y sus moradores.
La presencia real siempre es importante, máxime si, como en este caso, da respaldo a dos proyectos, ya funcionando, que, aunque diferentes, son firmes apuestas por un futuro mejor para esta ciudad. El palacio de congresos Lienzo Norte, que abrió sus puertas en la primavera pasada, ya es un referente, y más que lo va a ser, de Ávila. Exposiciones, congresos y actos culturales traerán turismo y generarán riqueza, que es de lo que se trata, y harán posible, además, que los abulenses disfrutemos de eventos de calidad en un marco único.
Me atrevo a decir que, junto a Santa Teresa y la Muralla (con mayúsculas), el Lienzo Norte forma ya el trío de los mejores atractivos que Ávila puede ofrecer en la ventana del mundo. Si a estos tres hitos se pudiera añadir, en un futuro cercano, la sede del Museo del Prado, habríamos logrado la ciudad soñada, en lo cultural y turístico. Solamente faltaría, para tener las mejores oportunidades de desarrollo en los dos campos citados, que el tren de alta velocidad llegara hasta aquí, como estaba proyectado en su día. Por soñar, que no quede, pero que, mientras se sueña, se machaque hasta el agotamiento ante quienes pueden (y deben) dotarnos de esta infraestructura ferroviaria tan necesaria para el progreso abulense.
Estuvieron también los Reyes inaugurando el vivero de empresas que ha creado la Cámara de Comercio de Ávila, con la colaboración de todas las administraciones públicas. En estos tiempos de tan grave crisis económica, resulta alentador que surjan proyectos como éste. Porque son una apuesta firme contra el derrotismo y a favor de la iniciativa empresarial. Aquí se ayudará a cuantos jóvenes emprendedores quieran crear sus empresas. Éste es el mejor camino para salir del túnel en el que nos encontramos. Aplausos sinceros a quien gestó la idea y a los que la han llevado a feliz término.
Ávila puede presumir hoy, 13 de enero de 2010, de estos dos regalos que, aunque los Reyes no los han traído, sí los han inaugurado y, con su presencia y cariño, los han elevado a alta categoría ante toda España. Enhorabuena a los que han bregado, y bien, por conseguir estos dos motores que ayudarán al progreso de esta ciudad y sus moradores.
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