viernes, 24 de septiembre de 2010

CONOCER LO MÁS CERCANO


He estado con un amigo visitando mi pueblo, Candeleda. Para quienes no lo conozcan, está situado en el extremo sur occidental de la provincia de Ávila, limitando ya con tierras extremeñas y castellano manchegas. Este amigo me ha podido volver porque le supo a poco la visita y porque, según sus palabras, allí hay rincones de una belleza que no se encuentran en otros lugares.

Cuando subíamos al santuario de la Virgen de Chilla, por una estrecha carretera de montaña bordeada de árboles centenarios, principalmente castaños y robles, este amigo se mostraba extasiado. Antes de llegar al lugar desde donde se divisa la ermita, le pedí que cerrara los ojos. Así lo hizo. Unos segundos después paré el vehículo y le dije: Ya puedes contemplar lo que tienes delante de ti. Durante unos minutos casi no pudo articular palabra. Quedó maravillado ante la belleza natural que contemplaba. Este paraje es único: el santuario de la patrona de Gredos, levantado en una especie de balcón natural bordeado de una espesa, casi selvática diría yo, masa forestal. Tras los centenarios árboles nacía la montaña en una pendiente ya sin arbolado, cubierta del color ocre de los helechos ahora agostados. Al terminar la pendiente, los riscos impresionantes del Macizo Central de la Sierra, con la plaza del Moro Almanzor como cumbre más alta de Gredos.

Mi amigo quedó prendado de esta y de otras muchas estampas naturales que pudo ver. Y me dijo: “No he visto lugar parecido en los muchos sitios en los que he estado. Y no entiendo que los españoles viajemos fuera de nuestro país cuando hay tantas maravillas que conocer muy cerca de nosotros”.

Tiene razón. Estoy convencido de que muchos abulenses no conocen los rincones maravillosos que hay en nuestra provincia. Les aseguro que si se acercan a Candeleda y suben a ver el santuario de la Virgen de Chilla, coincidirán conmigo en que el paraje es de los más hermosos que pueden contemplarse.

domingo, 12 de septiembre de 2010

EL CONSEJERO VILLANUEVA SE EQUIVOCA

Lo he dicho, de palabra y por escrito, en numerosas ocasiones: No me gusta el centralismo de Valladolid. Lo repito: No me gusta que los políticos de Valladolid, del partido que sea, se miren demasiado el ombligo y piensen que todos los ciudadanos de esta Comunidad, Castilla y León, tenemos que asumir lo que ellos decidan.
El proceso de integración, o como quiera llamarse, de las distintas cajas de ahorro de esta región ha producido choques muy fuertes entre los políticos que residen en la capital vallisoletana y los de las diferentes provincias. Es el caso, por ejemplo, de Ávila. Los dirigentes del Partido Popular a nivel regional quisieron que todas las cajas de la comunidad formaran una entidad única. Así se crearía un banco, hay que decirlo con claridad, de Castilla y León en el que el Gobierno autonómico se podría apoyar para sus proyectos económicos. Solamente las dos grandes, Caja Duero y Caja España, decidieron unirse en una única entidad, proceso ya casi completado. Quedaban otras: Burgos, Segovia, Caja Círculo (privada) y Ávila. Desde la Junta se presionaba, fracasado el intento anterior de formar una sola entidad de ahorros regional,, para que se unieran en el proyecto de Banca Cívica, puesto en marcha por Caja Navarra y por Caja Canarias. Únicamente Burgos, después de muchos tiras y aflojas, dijo sí. En el proceso, se quedaron fuera Ávila y Segovia, que no vieron bien este proyecto que las minoraba. La burgalesa Caja Círculo optó por buscar otra vía, dada su singularidad como caja perteneciente a la iglesia.
La negativa de Segovia y Ávila a unirse a Banca Cívica sacó de quicio a los responsables de la Junta de Castilla y León y más en concreto a Tomás Villanueva, que es el consejero de Economía. Éste ha tenido numerosas salidas de tono y ha descalificado a los responsables de las cajas de Segovia y de Ávila. Hasta los ha amenazado. Mal político es cuando trata de imponer su criterio personal sobre los intereses que se defienden en otras provincias que no coinciden con los de Valladolid. Su última maniobra lo descalifica por completo. La semana que viene, las asambleas generales de las cajas de Ahorro de Segovia y de Ávila han de votar si se suman al proyecto liderado por Caja Madrid y Bancaja. Hasta hace unos días, bastaba con la aprobación de los dos tercios de la asamblea, es decir, de 80 miembros del total de los 120 que componen el Consejo General de Caja Ávila. Pues el consejero Villanueva, que es también presidente del Partido Popular de Valladolid, ha cambiado las reglas del juego y ha dictado una norma nueva: ahora la decisión tendrá que adoptarse por las cuatro quintas partes de la asamblea, o lo que es lo mismo, por 96 de los 120 consejeros, 16 más que lo establecido en la norma anterior. Cambia las reglas del partido cuando éste se está jugando, lo que, a mi entender, es muy poco ético. Las asambleas generales estaban convocadas legalmente y no parece que sea justo (probablemente tampoco legal) que se modifiquen las normas a estas alturas.
Esto es jugar sucio, con rencor poñtico, y es más propio de dictadores que de demócratas. El consejero Villanueva, que ha cometido demasiados errores en su gestión política, debería ser cesado por el presidente Juan Vicente Herrera. Está fomentando que cada vez haya más ciudadanos de esta provincia (también de Segovia) que estén un poco hartos del centralismo vallisoletano. O mejor dicho: de los políticos vallisoletanos que se olvidan de que en Ávila hay otros intereses diferentes a los que ellos defienden, y que deben ser respetados.
Con dirigentes como Tomás Villanueva, el Partido Popular no gana apoyos, sino que los pierde. (Lo mismo le sucede a los del PSOE e IU). Él solito ha logrado enfrentarse a los militantes del PP en esta provincia y a las fuerzas políticas, económicas y sociales de aquí que sí apoyan, muy mayoritariamente, que Caja de Ávila vaya con Caja Madrid. Y si se pone en plan dictador, como lo ha hecho amenazando una y otra vez, los abulenses podemos ponernos en plan demócrata y pedir ser segregados de la Comunidad de Castilla y León y unirnos a la de Madrid. Nos iría, en todo, mucho mejor. No queremos que desde el centralismo de Valladolid nos impongan decisiones que nos perjudican.

sábado, 4 de septiembre de 2010

ÁVILA RETORNA AL MIEDIEVO

Ávila está vestida de Medievo. Calles y plazas del recinto murado se han transformado en escenarios en los que se representan un sinfín de escenas costumbristas de siglos anteriores a la Edad Moderna. Los actores principales son los cientos de ciudadanos abulenses que visten como lo hacían las gentes de Ávila en la época medieval. Esta vuelta al pasado de la urbe, que ya celebra su edición número 14, atrae cada vez a más visitantes que acuden a disfrutar de unas fiestas realmente singulares.
El escenario de la capital abulense para estas actividades medievales es único. Porque la ciudad monumental, en su conjunto, con la muralla en primer término, es el marco ideal para rememorar la vida de aquellos tiempos. En muchos lugares de España se organizan mercados medievales, pero carecen del atractivo único de una ciudad que, por encima de todo, es medieval, ya que su trazado, muralla y monumentos principales fueron levantados en aquel período de la historia.
La iniciativa de estas fiestas (porque en el fondo se han convertido en fiestas) fue de Antolín Sanz, que entonces era concejal, en una etapa en la que Ángel Acebes era alcalde y el Ayuntamiento empezaba a poner en marcha nuevos proyectos para atraer visitantes y generar riqueza. La experiencia fue positiva y, año tras año, ha ido creciendo en cantidad y calidad, como suele decirse. Es decir, más participantes y visitantes y más y mejores eventos.
Recomendaría a quienes pudieran, que se acercasen este fin de semana a Ávila. Encontrarán una ciudad que ha retrocedido, festivamente, varios siglos atrás. El espectáculo merecer ser contemplado porque aquí es único.