domingo, 31 de enero de 2010

PENSIONES MÁS LEJANAS

A la gente de a pie, abulenses o no, les preocupa en gran manera el tener un sueldo o una pensión que les dé para poder dignamente vivir. Sin una base económica mínima, la subsistencia es casi imposible y se entra en la mendicidad, como en los tiempos pasados que algunos, ingenuamente, creíamos ya sin resurrección posible. No vivimos bien en estos años últimos. La crisis aquí, en esta España nuestra, es más seria de lo que temíamos. Poco se puede apostar por un Gobierno que negó una y otra vez hasta el cansancio que estuviéramos en crisis y que ahora, sin saber por qué, cambia su discurso y nos mete miedo al sembrar incertidumbres que hacen mucho daño a todos. De la manga se ha sacado reformar las pensiones. No ha consultado a nadie, ni a los suyos más cercanos. Se ha saltado a la torera la prudencia más imprescindible pero ya ha dicho que habrá que esperar a jubilarse dos años más. ¿Motivo? El sistema, dice, no se sostiene en pie.

Desde hace tiempo se vienen pidiendo reformas en el sistema público de pensiones. Todas las peticiones se han obviado, despreciándolas siempre. Ahora, ya con la soga al cuello, se opta por cortar por lo más débil. Otro error, garrafal, de un Gobierno a la deriva pues hace agua por todas partes y lo que parchea vuelve a romperse por varios lugares más. Necesitamos un Gobierno que sepa dónde estamos y que apueste por crear empleo, que es la base fundamental para que el fondo de las pensiones no se vacíe. Lo que se tenga que reformar, que no se haga porque a un iluminado se le encienda la luz en sus elucubraciones mentales. Esto no es un juego de niños que se buscan entre los escondites de una casa, sin consecuencias. Es la vida de una sociedad que no tiene esperanzas de salir de un hondo agujero. Más de 4 millones de parados nos daba la Encuesta de Población Activa y más de un millón de familias con todos sus miembros sin trabajo. ¿Quién soporta esto? Lo peor, a mi entender, es que el túnel cada vez es más largo y no se ve la luz que anuncie la salida. Al contrario, la oscuridad es cada vez más negra y los que hace bien poco decían que ya teníamos brotes verdes, ahora dicen que superaremos un paro de más del 20 por ciento de la población laboral.

Este país no se merece unos gobernantes que parece que juegan a cazar barquitos de papel mientras el buque hace agua por todas partes. Con el inquilino actual de La Moncloa, aquí no se salva nadie. No sólo se dice aquí, sino que desde fuera, los organismos que de esto entienden, no ven que pueda llegar pronto la esperanza a España. Están sonando todas las alarmas y las ocurrencias gubernamentales únicamente producen rabia.

viernes, 29 de enero de 2010

MÁS DIÁLOGO SIN CRISPACIÓN


Varios alcaldes de diferentes pueblos de España estaban decididos a que en sus municipios se ubicara un cementerio nuclear. Algunos hasta lo han aprobado en plenos municipales. Las ventajas económicas que se obtendrán son muy considerables y estos alcaldes prefieren que sus pueblos tengan vida a que mueran por inanición. Prefieren un hipotético peligro para sus municipios a una muerte segura de éstos. La presión de numerosos vecinos y de forasteros, en unos casos, y de las direcciones de los partidos políticos en otros, están provocando que en algunos lugares, como ha sucedido en varios pueblos de Segovia, los alcaldes den marcha atrás.
Que yo sepa, en Ávila nadie ha decidido optar al almacén de combustible nuclear gastado y residuos radioactivos que gestiona la empresa pública Enresa. Supongo que pocos alcaldes querrán verses sometidos a una presión que en todos los casos resulta difícil de soportar. Aunque estoy seguro de que muchos ediles en su fuero interno ofrecerían sus municipios para unas instalaciones que, sin duda alguna, dejarían mucha riqueza.

Recuerdo ahora la situación vivida en la villa de Cebreros cuando en 1993 el entonces alcalde, Pedro José Muñoz, quiso que se instalar allí una cárcel. Fue tal la lucha que se vivió en aquella localidad que, aunque han pasado 17 años, se sigue recordando como el episodio más triste vivido por los cebrereños desde la Guerra Civil y las heridas morales que se produjeron aún no están del todo cicatrizadas. Por eso comprendo que sean pocos los que se atrevan a apoyar algo que muchos internamente apoyan pues reconocen que son más los beneficios que los perjuicios.
No quiero decir que un centro nuclear no tenga peligro. También es peligroso, por ejemplo, un pantano. Basta recordar dos tragedias vividas en este país: la de Ribadelago, en la comarca zamorana de Sanabria, en la que murieron 144 personas en 1959, cuando se rompió la presa de Vega de Tera; y la de Tous, en Valencia, que causó una treintena de muertos.

El progreso casi siempre conlleva riesgos. Pero el no progreso es mucho más peligroso. ¿Renunciaríamos a utilizar el coche por miedo a un accidente? ¿Y a beber el agua de los pantanos? ¿Y a no recibir en nuestras casas la energía eléctrica que procede de las centrales nucleares? Me parece a mí que en determinados asuntos la demagogia provoca demasiado crispación y falta un diálogo menos apasionado.

miércoles, 27 de enero de 2010

NOS HAN TOMADO POR TONTOS


La aldea global está consiguiendo que seamos más aldeanos y menos ciudadanos. No desprecio, Dios me valga, a las gentes que viven en las aldeas y pueblos, porque para mí son de una nobleza superior a las demás. Si te abren su casa, lo hacen con todas las consecuencias. Porque su ofrecimiento siempre es sincero y siguen teniendo como norma de convivencia acoger a los de fuera como si del lugar fueran. Claro que entre estos aldeanos se están introduciendo quienes no lo son.

Me refiero a esta aldea global que nos imponen las nuevas tecnologías de la comunicación, de manera especial la que está tejiendo la tela de araña de internet, esa invisible red que hace que usted, respetado lector, pueda abrir la ventana de este cuaderno escrito en la murada ciudad de Ávila. Estos medios nos convierten en más aldeanos, es decir, en vecinos de quienes viven al lado nuestro, o sea, a miles de kilómetros de distancia. En Canadá, por ejemplo, donde se ha abierto una puerta a este cuaderno personal. Y como vecinos, podemos enterarnos de que a grandes distancias (cercanas, gracias a vivir todos en la misma aldea) acontecen hechos que importan a los abulenses y a los canadienses. Por ejemplo, a todos nos incumbe que se descubra qué ha habido detrás de la llamada pandemia de la gripe A. Porque parece que nos han tomado por tontos unos avispados científicos que saben poner su sabiduría al servicio de las poderosas multinacionales farmacéuticas. Han obligado a los gobiernos de todo el mundo a tirar a la basura miles de millones de euros comprando vacunas para prevenir una pandemia que iba a ser más mortífera que la gripe, llamada española, del año 1918. En Europa ya se está investigando qué es lo que ha sucedido, porque la tan aireada pandemia no ha sido tal y, por los resultados, sus efectos mortales han sido muy inferiores a los que producen las gripes de cada temporada invernal.

Recuerdo haber leído, cuando se empezaron a conocer los primeros casos de la gripe porcina (así se la llamó en principio) que se trataba de un virus producido en un desconocido laboratorio, tal vez farmacéutico. No soy quien para aseverar tal cosa pero me entraron entonces las mismas dudas que sigo manteniendo. Como entre los míos alguien ha padecido esa “mortal” gripe A, sí me atrevo a afirmar que nos han tomado por tontos.

Esperemos que se descubra qué ha sucedido para que hayan puesto en alerta a todo el mundo, obligando a emplear miles de millones de euros en comprar un producto que no ha servido para nada, o casi nada. Muchos somos los aldeanos que nos sentimos timados por unos cuantos listos. No solamente los aldeanos de a pie, sino los que nos gobiernan, que ahora no saben qué hacer con los millones de vacunas que pocos se decidieron a emplear. Tendrán que darnos explicaciones y devolvernos el dinero las empresas que se han lucrado de esta falsa pandemia. Sería hacer justicia.

lunes, 25 de enero de 2010

MENOS CONTROLES POLÍTICOS


No me gusta que los dirigentes políticos se sientan obligados a intervenir en todos los asuntos que a los ciudadanos nos afectan. Al paso que vamos, pronto viviremos en una sociedad en la que seremos meros monigotes obligados a movernos según ordenen los que nos gobiernan. Es tanto el afán por legislar que si esto no se corrige, decidirán en los parlamentos cómo debemos vestirnos, qué alimentos comer y a dónde viajar en tiempos de vacaciones. Ya se han adueñado de la educación de los niños, adolescentes y jóvenes y les obligarán a aprender una nueva doctrina. Me recuerda esto a la asignatura llamada Formación del Espíritu Nacional, que, por los años del franquismo, nos obligaban a estudiar. El régimen de ayer quería formar a las nuevas generaciones inculcándoles los principios políticos en los que se sustentaba. El actual régimen pretende algo similar, aunque cambiando los “principios fundamentales” por otros igualmente “inamovibles” para ellos. Para mí, lo de hoy es más de lo mismo de ayer: el intento de influir en las conciencias de los que están siendo formados para hacerlos seguidores del sistema político imperante.

Solamente los padres, entiendo yo, tienen facultad y obligación de educar a sus hijos en principios morales. La autoridad pública que se arrogue una potestad que no le compete está secuestrando la libertad paternal y, por ende, la libertad del ser humano. Por muchos votos que se obtengan en las elecciones, nadie queda facultado para arrogarse un poder que no debe ser nunca delegado porque es intransferible. ¿Quiénes son los políticos, aunque estén designados por las urnas, para decirnos lo que es bueno o malo moralmente? Si les dejamos, terminarán por decidir por nosotros y acabarán con nuestra libertad como personas y nos convertirán, como antes decía, en muñecos manejados por ellos. Me niego a ser su marioneta

La sociedad debería, a mi juicio, esforzarse más en defender la libertad individual y colectiva, que es lo que a la persona la hace ser tal. Es posible poner coto al afán de quienes intentan controlar todo y someternos a los ciudadanos a sus mandatos. No quiero que el Estado (que no es el Estado, sino los políticos de turno, porque Estado también somos las personas que lo formamos) decida por mí lo que solamente yo debo decidir. Sobran leyes, a mi entender, y falta libertad. Mi responsabilidad solamente a mí corresponde y mi conciencia es la que debe guiarme en el comportamiento con los demás, a los que tengo la obligación de respetar, de la misma manera que ellos tienen idéntico deber de respetarme a mí. Ésta es la ley que todos debemos respetar.

viernes, 22 de enero de 2010

AÑO DEL PATRIMONIO MUNDIAL

Estamos los abulenses de la capital conmemorando el Año del Patrimonio Mundial. A lo largo de todo el 2010, la ciudad recordará que hace un cuarto de siglo la UNESCO declaró a Ávila Patrimonio de la Humanidad. Un título cada día más valorado pero que el 6 de diciembre de 1985, día en el que se produjo la nominación, pocos acertaron a ver como un hecho de importancia para esta ciudad. He de reconocer que un buen amigo, que hace pocos meses nos dejaba para siempre, peleó lo suyo para que se nos diera esta distinción de la que hoy todos nos sentimos orgullosos. Me refiero a Aurelio Sánchez Tadeo. Él, desde la sombra, como solía hacer en muchas ocasiones, usó toda su influencia, embriagado de su pasión por lo abulense, y se aprovechó, para bien de Ávila, de sus contactos con muchas personas influyentes. Habría que preguntarle a Federico Mayor Zaragoza, que de esto algo sabe pues fue director general adjunto y después director general de la UNESCO y sus influencias tenía, por aquellos años, en este alto organismo de las Naciones Unidas.

Parece que fue ayer cuando se incluía en la lista del Patrimonio Mundial “la ciudad antigua de Ávila y sus iglesias extramuros”. Entonces era frecuente que, en muchos asuntos, los abulenses apenas pusiéramos todo el interés que era debido. Se había pedido inicialmente que la Muralla, el más emblemático monumento abulense, fuera incluida entre los monumentos del Patrimonio Mundial, pero no toda la ciudad. Después hubo que incluir la documentación para que fuera declarado todo el recinto interior y las principales iglesias románicas del exterior. El Comité del Patrimonio Mundial, en su novena sesión, que tuvo lugar en París, del 2 al 6 de diciembre de 1985, así lo aprobó. Y Ávila, junto con Segovia y Santiago de Compostela, fueron las tres primeras ciudades españolas declaradas Patrimonio Mundial. Los alcalde de estas dos últimas sí acudieron a la capital francesa para prestar apoyo a sus ciudades respectivas. Nadie representó a nuestra murada ciudad.

Pero aquellos tiempos ya son pasados. Ahora, por el contrario, se reconoce que gracias a la declaración de Ciudad Patrimonio de la Humanidad son muchos los beneficios que se han obtenido. Hoy nos sentimos orgullosos, lo que no ocurría en 1985, de este honroso título. Por eso, desde el Consistorio se ha declarado que éste sea el Año del Patrimonio Mundial, porque 25 años es una fecha que debe ser celebrada por todo lo alto. Como mejor podremos celebrarlo será conociendo mejor la gran riqueza patrimonial que nos legaron nuestros antepasados para disfrute de todo el mundo, cuidándola con todo esmero para transmitirla a nuestros descendientes y dándola a conocer a todos aquéllos con los que contactemos.

Estos 25 años nos han demostrado que el patrimonio monumental de la ciudad no es impedimento para el progreso de Ávila. Yo diría que ha sido todo lo contrario: ha ayudado a crear riqueza y puestos de trabajo, mayor bienestar y más alta calidad de vida. Tener el título de Patrimonio Mundial solamente trae beneficios, como se ha demostrado en estos cinco lustros pasados.

lunes, 18 de enero de 2010

HAITÍ ES NUESTRA TRAGEDIA

Desde la ciudad murada, sin murallas mentales, el lejano, pequeño y pobre Haití ahora está presente en el pensamiento de muchos. Es tan grave la tragedia que allí se vive y que conocemos por las imágenes de la televisión que no concibo mente humana incapaz de sentir algo del dolor que se nos transmite. Decenas de miles de personas muertas, decenas de miles de heridos, los edificios derruidos en su mayoría, desolación por todas partes, gritos de dolor y llamadas pidiendo ayuda urgente.

Ocurrió la tragedia en el país más pobre de América y uno de los más pobres del mundo. Tal vez esa extrema pobreza haya sido causa de un mayor daño en vidas humanas y en destrucción de edificios. Con otras edificaciones, con mejores dotaciones materiales y técnicas, probablemente los muertos hubieran sido muchos menos. Mas de nada sirve ahora buscar culpables de una situación de pobreza de la que todos alguna parte de culpa tenemos.

Lo que toca en estos momentos es prestar ayuda a los haitianos. Es lo que nos están reclamando con sus gritos desesperados. Existen organizaciones varias a través de las que podemos prestar nuestra colaboración. Las dos principales y mejor organizadas son Cáritas y Cruz Roja. Lo que demos, irá a parar a quienes lo necesitan. Tal vez unos euros nuestros sirvan para que una familia pueda comer, o se curen las heridas de un niño que quedó sin brazos. Sumadas muchas pequeñas aportaciones se consigue una gran aportación.

El dolor desgarrado de cientos de miles de haitianos nos está acuciando a que no nos quedemos en lamentos, sino que acudamos a socorrerlos. Nos necesitan con urgencia. No les dejemos solos una vez más. De nosotros depende, de cada uno de nosotros, que se salven vidas y que la sonrisa vuelva a miles de rostros ahora abatidos por el dolor, el hambre y la desesperación. Desde esta pequeña ciudad murada podemos, pese a la distancia oceánica, hacer mucho por los que se han quedado sin nada y han perdido a decenas de miles de compatriotas. La tragedia de Haití es nuestra tragedia.

viernes, 15 de enero de 2010

BALAS CONTRA EL OBISPO MUNILLA

Otra vez el periodismo sensacionalista, o intencionadamente dirigido contra personas concretas, ha vuelto a hacer de las suyas. El obispo Munilla está en el “huracán” informativo porque el Papa le ha enviado a dirigir la Iglesia de San Sebastián, cosa que ha sentado muy mal a los nacionalistas eclesiásticos y laicos. Los medios de comunicación se lo rifan porque ellos mismos le han convertido en personaje de interés informativo. Está siendo seguido con lupa por algunos periodistas que quieren encontrar en sus palabras o en sus hechos titulares llamativos. Parece que un agresivo titular sigue siendo el dogma periodístico de aquellos a los que no les importa la noticia en sí, sino en cómo atraer la atención del lector u oyente. Una agencia española de información, de titularidad estatal, distribuyó una noticia, sacada de una entrevista difundada por una emisora de radio de San sebastián, titulándola de esta manera: “Munilla: hay males mayores que la tragedia de Haití”. Confieso que cuando lo vi reflejado en varios periódicos digitales, no simpatizantes con la religión, me dije a mí mismo que aquello no podía ser cierto, que nadie, en su sano juicio, podía lanzar al aire de las ondas una afirmación así, y menos un obispo. Porque cualquier persona sensata considera que lo que ha sucedido en el país más pobre de América, donde el terremoto ha causado decenas de miles de muertos, es una gravísima tragedia que duele a todo el que tenga un mínimo de sentimientos humanos.

Ha tenido que ser el propio obispo Munilla, cuando se ha enterado de lo que ponían en su boca, quien lo ha desmentido de esta manera: “El citado titular está extraído con "forceps" de una pregunta "teológica" que se me hizo, referente a cómo creer en la existencia de Dios ante el sufrimiento de tantos inocentes... Yo expliqué que el mal que sufren esos inocentes no tiene la última palabra, porque Dios les ha prometido la felicidad eterna. En ese contexto, utilicé la expresión "existen males mayores", refiriéndome explícitamente a otro tipo de mal, al "pecado" de quienes vivimos en los países ricos y somos cómplices de una opulencia insolidaria hacia los pobres.”

Seguirán algunos buscando interpretaciones diferentes e intentando demostrar que el obispo dice lo que él no dice. Hasta le acusarán de falta de sensibilidad ante esta tragedia que está viviendo Haití. Seguro que quienes son tan amigos de buscar escándalos mediáticos aportan menos ayuda material para los cientos de miles de damnificados que la que muchos católicos, de forma individual y colectiva, y otras muchas personas no católicas, a través de diferentes organizaciones, están enviando. Pero se trataba de disparar contra un obispo católico que es personaje famoso en los ámbitos periodísticos, no porque él lo haya buscado sino porque le han colocado, o le hemos colocado, ahí.

Existen armas que destruyen vidas humanas y también hay otras que no derraman sangre pero sí dañan la honorabilidad de las personas, confunden la verdad con la mentira y manipulan, de forma más o menos consciente, los hechos y los dichos. Parece que se olvida interesadamente o por negligencia que hay principios que deben ser respetados de forma casi sagrada en cualquier profesión. Los periodistas tenemos en nuestro poder mucha fuerza y con bastante frecuencia la empleamos mal. ¿Nos damos cuentas de la responsabilidad que asumimos cuando no hacemos bien nuestro trabajo? No, no todo vale. Un titular debe estar ajustado a la noticia y ésta ha de ser un reflejo fiel de la realidad.

jueves, 14 de enero de 2010

LOS REYES VIERON UNA CIUDAD VIVA

Ávila ha sido agraciada con la visita de los Reyes. Me refiero a los de España, que este miércoles 13 de enero vinieron a la murada ciudad para presidir dos inauguraciones: el palacio de congresos Lienzo Norte y el vivero de empresas de la Cámara de Comercio. No es fácil conseguir que los monarcas acudan a un lugar desde donde se les llama. Todos los alcaldes quisieran tener el privilegio de recibir a don Juan Carlos y a doña Sofía como huéspedes de honor, aunque solamente fuese por unos minutos. Supongo que serán muchos los que envíen sus solicitudes a la Zarzuela pero pocos son los que reciben respuesta afirmativa. El de Ávila lo consiguió, a fuer de insistir, y aquí han estado unas cuantas horas, cosa que es muy de agradecer.

La presencia real siempre es importante, máxime si, como en este caso, da respaldo a dos proyectos, ya funcionando, que, aunque diferentes, son firmes apuestas por un futuro mejor para esta ciudad. El palacio de congresos Lienzo Norte, que abrió sus puertas en la primavera pasada, ya es un referente, y más que lo va a ser, de Ávila. Exposiciones, congresos y actos culturales traerán turismo y generarán riqueza, que es de lo que se trata, y harán posible, además, que los abulenses disfrutemos de eventos de calidad en un marco único.

Me atrevo a decir que, junto a Santa Teresa y la Muralla (con mayúsculas), el Lienzo Norte forma ya el trío de los mejores atractivos que Ávila puede ofrecer en la ventana del mundo. Si a estos tres hitos se pudiera añadir, en un futuro cercano, la sede del Museo del Prado, habríamos logrado la ciudad soñada, en lo cultural y turístico. Solamente faltaría, para tener las mejores oportunidades de desarrollo en los dos campos citados, que el tren de alta velocidad llegara hasta aquí, como estaba proyectado en su día. Por soñar, que no quede, pero que, mientras se sueña, se machaque hasta el agotamiento ante quienes pueden (y deben) dotarnos de esta infraestructura ferroviaria tan necesaria para el progreso abulense.

Estuvieron también los Reyes inaugurando el vivero de empresas que ha creado la Cámara de Comercio de Ávila, con la colaboración de todas las administraciones públicas. En estos tiempos de tan grave crisis económica, resulta alentador que surjan proyectos como éste. Porque son una apuesta firme contra el derrotismo y a favor de la iniciativa empresarial. Aquí se ayudará a cuantos jóvenes emprendedores quieran crear sus empresas. Éste es el mejor camino para salir del túnel en el que nos encontramos. Aplausos sinceros a quien gestó la idea y a los que la han llevado a feliz término.

Ávila puede presumir hoy, 13 de enero de 2010, de estos dos regalos que, aunque los Reyes no los han traído, sí los han inaugurado y, con su presencia y cariño, los han elevado a alta categoría ante toda España. Enhorabuena a los que han bregado, y bien, por conseguir estos dos motores que ayudarán al progreso de esta ciudad y sus moradores.

martes, 12 de enero de 2010

¿DESAPARECERÁ LA CAJA DE ÁVILA?

A la pregunta del titular respondo taxativamente: sí. Más bien pronto que tarde, porque las presiones para ello, desde las alturas políticas, no han cejado un solo instante y las cajas de ahorro que son gobernadas mayoritariamente por los representantes de los partidos políticos (a través de parlamentos autonómicos, ayuntamientos e instituciones varias) no van a poder resistir numantinamente a lo que desde arriba se decida. Téngase en cuenta que la democracia no ha entrado aún plenamente en la vida interna de los partidos políticos españoles pues éstos siguen el camino que decide el timonel que está a su mando. Y esto, que es bueno en unas cosas, es letal en otras tantas. Las listas de los candidatos las aprueban los que tienen el poder y quienes no cumplan lo que se les ordena terminan siendo apartados de los cargos de responsabilidad en la primera ocasión posible.

Lógico es que las cajas de ahorro, como otras empresas, se fusionen, sean vendidas o cierren cuando por sí solas tengan difícil subsistir por sí mismas. Pero forzarlas a que siendo plenamente viables dejen su identidad porque desde los ámbitos regionales o nacionales se pueden controlar mejor no me parece correcto. Las cajas de ahorro surgieron, muchos años hace ya, en ámbitos locales concretos para prestar en éstos un servicio social y no solamente económico. Con su desaparición, se ganan algunas cosas pero también se pierden otras.


Cuando Caja de Ávila desaparezca, que desaparecerá, la provincia abulense y sus gentes perderemos algo importante. No solamente porque desaparecerán numerosos puestos de trabajo. Ávila no ganará nada y sí perderá bastante. Se crearon las comunidades autónomas para acercar la administración a los administrados, tomando las decisiones que nos afectan más cerca de nosotros. Esa fue una de las razones que entonces se daban para justificar tantas administraciones autonómicas, que resultan muy costosas a los ciudadanos, que somos los que las pagamos. En cambio, en la creación de una caja de ahorros única en las comunidades autónomas se aplica el criterio contrario alejando de los usuarios las cúpulas directivas y decisorias. Ponen el pretexto de que la unión hace la fuerza y que así serán más eficaces y podrán resistir mejor la feroz competencia, lo que no siempre resulta cierto. A lo mejor en el futuro vuelven a nacer en los ámbitos cercanos entidades similares a las que ahora fuerzan a unirse.

lunes, 11 de enero de 2010

SAN SEBASTIÁN ESTRENA OBISPO


Ya han pasado unas horas desde que en la diócesis de San Sebastián se ha producido el cambio de un obispo por otro. En los últimos tiempos, decenios tal vez, una noticia como el relevo en la mitra de un episcopado español no había despertado tanto interés informativo. Por algo será, pienso. Ha habido, y sigue habiendo, mucha lectura política en algo que, a mi entender, es exclusivamente un asunto de la Iglesia Católica. El Papa, que es quien designa a los responsables máximos de los obispados (príncipes, en el argot del Derecho Canónico), ha decidido que monseñor Munilla era el adecuado para remar al frente de la iglesia de San Sebastián. Sus razones tendrá. Seguro estoy de que el tiempo terminará por poner cada pieza en su sitio y se verá que este cambio en la dirección diocesana era necesario.

No entro a valorar quién es mejor y quien peor para un puesto eclesiástico que corresponde a otros nombrar, en este caso al máximo responsable de la Iglesia. Algunos estamos un poco cansinos de que todo se interprete desde el prisma de las ideologías personales y de las filias y fobias consiguientes. Como si fuera de nosotros nadie tuviera razón.

Da la sensación de que en ciertos espacios eclesiásticos se ha introducido la carcoma del comportamiento de bastantes políticos que solamente aspiran a conseguir el poder. Para mí, los dos campos, el de la política y el de la religión, no son identificables. El segundo educa a los creyentes, da las pautas para que se comporten conforme a su fe y la vivan plenamente y les avisa de dónde están los peligros que llevan a una degradación moral de la vida social. Esto, entiendo, nunca es intromisión en cuestiones políticas, aunque los que se sienten aludidos cuando se critican determinados comportamientos se rasguen las vestimentas. Claro que la Iglesia puede y debe proclamar su doctrina sobre todas las cuestiones que afectan al ser humano y decir si unas determinadas normas vulneran principios morales e incluso naturales. Aunque a muchos políticos esto les sepa a cuerno quemado. Para eso fue fundada y para eso sigue existiendo.

Sí es entrar en el terreno político utilizar el púlpito para pregonar teorías que no son las de la Iglesia sino las de determinados partidos. No somos ingenuos y sabemos todos que bastantes curas vascos estaban y están más cerca del dios nacionalista que de Jesucristo. Parece que quien tiene autoridad para ello y deber moral para hacerlo ha dicho que ese rumbo de la iglesia vasca no es el que conviene que siga imperando allá. Y ahí se resume todo el enfado que ha causado el nombramiento del nuevo obispo donostiarra. La situación no es la primera de este tipo que se da en la historia de la Iglesia española ni será la última.

Lo sucedido en San Sebastián este sábado post navideño es importante, mal que les pese a algunos, para los cristianos de allá. También para los de más abajo de aquella seudo frontera que unos cuantos están empeñados en levantar. Me alegro, sinceramente, porque el timón de los católicos de San Sebastián la lleve, a partir de ahora, don José Ignacio Munilla. Que Dios, que es su único referente, le ayude.

domingo, 10 de enero de 2010

DECÍAN QUE LOS INVIERNOS NO ERAN COMO LOS DE ANTES


¡Qué frio! Veo que el termómetro del exterior de mi estudio marca menos 7 grados. Casi nada. ¿No decían que había entrado el planeta Tierra en una era de calentamiento que nos iba a traer inviernos más cálidos y veranos más calurosos y que nos tendríamos que despedir de la nieve en nuestro país? Pues ya lo estamos viendo. ¡Cómo aciertan algunos que viven de las jugosas subvenciones conseguidas, en muchas ocasiones, presionando a administraciones y particulares con sus apocalípticos vaticinios!

Lo digo bien claro: no creo en el calentamiento global que se pregona desde determinados altavoces buscando ciertas rentabilidades ideológicas e, incluso, económicas. El clima no ha sido cíclicamente uniforme en las diferentes partes del planeta en toda la historia de la humanidad. Los más mayores recordarán que cuando no había tantos vehículos, ni calefacciones, ni fábricas que echasen humos a la atmósfera, ni otras cosas perjudiciales para la naturaleza, no eran iguales todos los inviernos, ni las primaveras, ni los verano, ni los otoños. ¿Nevaba entonces más que ahora? ¿Eran los inviernos tan crudos como éste? No había entonces, como no hay ahora, estaciones idénticas de un año a otro.

Creo sinceramente que estamos moralmente obligados a cuidar el entorno en el que vivimos. En todos los aspectos. Por supuesto también en el terreno medioambiental. Vivimos de la madre naturaleza, que nos da los elementos para nuestra supervivencia. Nuestra obligación es no dañarla, sino cuidarla con todos los cuidados que sean precisos. Me causan pena los daños que se hacen a nuestro entorno natural. Pero de ahí a inclinarme a adorarlo como a un dios, me niego en redondo. Porque lo que nos rodea a los humanos, todo, está a nuestro servicio, pues el hombre sí es el rey de la creación. Como tal rey ha de tener sumo cuidado en hacer un uso racional de la naturaleza, procurando que nada de ella muera, sino que todo siga vivo para que de esta forma pueda servir al fin establecido.

Me niego a dar mi apoyo a ciertos agoreros que buscan embaucarnos a todos con sus predicciones catastrofistas. La naturaleza es más sabia de lo que algunos creen. Abro ahora la ventana aunque el termómetro asusta. El jardín está blanco. Se respira frío y naturaleza no contaminada. Dicen los que pronostican el tiempo que mañana tendremos más frío y nevará. Los inviernos, a veces son como los de antes, y de éstos solamente quedan en la memoria los que fueron más excepcionales por el frío y la nieve. El ciclo meteorológico no se copia a sí mismo milimétricamente. Nadie, hasta ahora, puede predecir con total exactitud su ritmo vital. Son los misterios que lo hacen más atractivo e impredecible.

viernes, 8 de enero de 2010

LA VERDAD, DESDE EL RESPETO


Nada me gusta el rencor que se palpa en comentarios de medios de comunicación e, incluso, en tertulias privadas. No se razona sino que se insulta. El que no está de acuerdo con lo que el opinante dice es un fascista, un rojo asesino, un descerebrado, un ladrón… y mil epítetos más, según la ideología que rezume el sentenciador que, por el contrario, a los que son de su cuerda ideológica, alaba y defiende con verbo vehemente. Mal está la sociedad si se la resquebraja con enfrentamientos verbales que, de conducir a alguna parte, es a las peleas físicas a donde caminan.

No hay mesura en los comportamientos y hasta el sentido común parece que voló a otros lugares. Dicen algunos, y me aterra oírlo, que desde el poder gobernante se está partiendo a la sociedad en dos bandos: las dos Españas que tantos males y ningún bien han traído en la pasada historia de este país. Pero es que no solamente en lo político se produce esta resquebrajadura del cuerpo social. También en otros espacios se dan parecidos síntomas que diagnostican una cierta enfermedad en el comportamiento de muchas personas. Por citar únicamente un caso, señalo el de un elevado número de curas párrocos de la diócesis de San Sebastián, que han arremetido públicamente, con una dureza impropia de dirigentes eclesiales, contra su nuevo obispo, porque no es el que ellos desean. Es uno más de los tristes episodios que surgen en nuestra convivencia en estos últimos tiempos. Al que no piensa como uno quiere, parece ser la máxima a cumplir, hay que eliminarlo.

Ningún grupo social, por pequeño que sea, es uniforme en la manera de ser de todos sus miembros. Siempre hay diversidad de pareceres, deseos e intereses. Ello puede ser enriquecedor si no lleva al enfrentamiento agresivo y sí al diálogo razonado, que no insultante, y a la convivencia cordial. Tal vez tengamos todos, al menos los que percibimos la fractura social, poner algo de nuestra parte para evitar que el mal termine en tragedia.
Se pueden y se deben exponer y defender las propias ideas, pero nunca imponerlas por la fuerza a los demás. Se puede y se deben criticar los razonamientos de los otros, pero no desde la descalificación, el insulto o la amenaza, sino desde el respeto y el raciocinio. Mi verdad no es más verdad porque la grite más alto, sino porque la sustento en razones sólidas que soy capaz de comunicar a otros.

jueves, 7 de enero de 2010

13.231 ABULENSES SIN EMPLEO


Concluido ya el periplo navideño, en el que hasta lo más amargo de nuestro entorno se percibía con cierta dulzura, aterrizamos, mal que nos pese, en el charco inevitable de los aconteceres cotidianos. Es dura y triste la realidad que nos envuelve. Más dura que las piedras de la muralla de esta ciudad, que perduran desde hace siglos. Dicen fuentes autorizadas del Gobierno (contradiciendo el optimismo del más inerte presidente que este país ha tenido en sus últimos decenios) que hasta dentro de cinco años el empleo no volverá a las tasas anteriores a la crisis, cuando el porcentaje de los que no tenían trabajo se situaba en torno al 8 por ciento de la población laboral. ¡Vaya jarro de agua fría! Porque, no lo olvidemos, el primero y gran problema que ahora mismo tiene la sociedad española son los más de cuatro millones de parados. Porque no generan riqueza sino que ocasionan gastos. Y lo más grave: se pierden ilusiones y se desperdician valores. El país, como conjunto de todos, siente como si tuviera anquilosada una parte de sus componentes. Una de cada cinco personas que desea trabajar no encuentran quien le de empleo. Lo he dicho en otros textos: un porcentaje tan alto de gentes sin empleo es toda una tragedia que nos destroza el futuro y amarga la existencia a quienes más directamente sufren esta pandemia.

Ávila, la provincia, es pequeña en población. Unos 170 mil habitantes tiene. Aquí ya hay sin empleo 13.231 ciudadanos que necesitan y piden trabajar. Nunca hubo tantos parados entre nosotros. Se ha batido un triste récord desde que existen las estadísticas laborales. Hasta hace pocos unos tres años, eran menos de la mitad de los de ahora los que no tenían ocupación. Con este desolador panorama, el futuro es muy negro. Por si los datos no fueran suficientemente demoledores, uno más: Casi el 40 por ciento de estos parados no perciben la prestación del subsidio de desempleo. Peor panorama no parece que pueda encontrarse.

Desde algún sindicato se pide que se creen puestos de trabajo. ¿Y quién los crea? ¿Los empresarios que se ven abocados a cerrar empresas porque no venden los productos habiéndose arruinado muchos de ellos? ¿Las administraciones públicas que se sustentan con el dinero que aportamos los ciudadanos con nuestros impuestos y que ahora se ven con el agua al cuello porque muchas están casi en quiebra? No quiero ser pesimista, que no es mi carácter, pero no veo que esto se arregle en corto tiempo si no se toman decisiones arriba, donde parece que la parálisis se ha adueñado de los que nos gobiernan.

miércoles, 6 de enero de 2010

EL REGALO DE LA SONRISA DIARIA


La caravana de los Reyes Magos se fue anoche, tras dejar, en los poyetes de las ventanas de las casas o junto a los belenes, sus paquetes de regalos. Los niños, contentos al máximo, mostraban esta mañana su alborozo a los que, complacidos con su alegría infantil, disfrutaban de la escena. En casa, gracias a Dios y a la generosidad de los que ella estamos, hubo detalles para sentirnos como críos en la noche hermosa de la Epifanía. Es nuestra costumbre que, una vez concluye el desfile de los Magos de Oriente por las calles de la ciudad, nos reunimos, pequeños y grandes, a compartir lo que a cada cual han traído Sus Majestades. Obsequios materiales tuvimos, a pesar de la crisis que nos envuelve a todos, y gozo inmenso por poder compartirlos de manera tan limpia. Nos empapamos de la más contagiosa de las alegrías, como críos plenamente felices. Y nos volcamos en anhelar intensamente la esperanza de que el inmediato futuro nos inundará de un gozo mayor. La noche última pasada no ha estado envuelta en la oscuridad, sino en la luz de las más bellas ilusiones. Creo que cada amanecer del sexto día del primer mes del año es el más hermoso de los 364 que le han precedido y de los otros tantos que le han de seguir. Los pequeños son los mejores testigos de ello.

No deseo en esta Epifanía poner tintes de tristeza a mis frases. Ya llegará mañana el ritmo de la machacona realidad que nos desnudará de las sonrisas infantiles que hoy nos visten con las más bellas vestimentas. Los juguetes y los regalos, diría que no es lo importante, pues lo realmente hermoso es contemplar los ojos de los niños que palpan la alegría que les ha entrado por las ventanas de sus corazones. También de los ya menos niños que saben hacerse pequeños.

Es posible que muchos de los regalos que esta mañana colman las ilusiones de tantos y tantos millones de niños terminen, cuando se eche la noche, destrozados u olvidados en cualquier rincón de la casa. No importa. Durante unas horas, han sido el motor que ha transformado muchos hogares llenándolos de gozo y sonrisas. Si fuéramos capaces de que este ambiente perdurase hasta la próxima Epifanía… No se trata de comprar juguetes todos los días sino de fabricar sonrisas, incluso en los momentos más amargos.

martes, 5 de enero de 2010

ESTA NOCHE ESTÁ CARGADA DE SONRISAS


Pocas horas quedan para que los Reyes (los Magos, no los otros) atraviesen el arco de la muralla. A su paso por las calles y plazas de esta ciudad (y de todos los pueblos de España) recibirán el aplauso entusiasta de millares de niños y las muestras de agradecimiento de los mayores. Dicen que este año, por culpa de la crisis económica que estamos padeciendo, vendrán con cargamentos menos pesados. A lo mejor esto sirve para que nos demos cuenta de que se puede sembrar la felicidad en todos y arrancar sonrisas en los pequeños con muchos menos regalos. Porque los padres, tal vez llevados por un mal entendido cariño a los hijos, les abrumamos con más dádivas que las que ellos esperan y desean.

A la sazón recuerdo, casi cada año, el juguete que más ilusión me ha producido en toda mi vida infantil. Más de 60 años hace ya y los Reyes aquella noche maravillosa me trajeron una pequeña máquina de tren que caminaba hacia adelante y hacia atrás. Era de chapa y estaba pintada de negro con rayas rojas, supongo que como los trenes de verdad de aquellos años, que yo no logré ver hasta mucho tiempo después. Mi madrina tuvo el detalle de escribir por mí y fue atendida en su petición de la que siempre la estaré agradecido. A mi hermana, en cambio, le trajeron una muñeca de cartón y ella, como veía que los labios eran demasiado rojos, no tuvo otra ocurrencia que meterla en un recipiente con agua para lavarla. Ya se pueden imaginar cómo quedó aquel juguete con el baño recibido. Pero les aseguro que rebosábamos felicidad, estoy convencido (los mayores me entenderán mejor) que más que muchos niños de ahora que nada más abrir los muchos paquetes en los que van envueltos los regalos se olvidan de éstos.

Aunque los Reyes, esta noche, llegarán para hacer felices a los más pequeños, a mí me gustaría pedirles dos cosas para los que ya no son tan niños. La una, que ayuden a los millones de personas que están en paro a no perder la esperanza y que pronto puedan salir de su angustiosa situación. Sí, ya sé que la solución está aquí, en los que gobiernas y los que somos gobernados, pero a lo mejor una ayuda de ellos hace brotar sonrisas de esperanzas en muchos adultos que ahora están desesperanzados.

La otra cosa que les pido, con vehemencia incluso, es que agite las conciencias de las mujeres que se plantean privar de la vida a un ser concebido en su vientre, para que no aborten. Las leyes hechas por los políticos pueden ser legales, porque ellos lo dicen, pero no son justas. Matar una vida en el seno de su madre es cosa abominable a cualquier conciencia recta y despreciable ante los ojos de Dios. Nada hay más hermoso que traer al mundo a un niño, porque su sonrisa, a poco de nacer, borra todos los dolores y llena de ilusión sobre todo a la madre. Tal vez esta noche, más que ninguna otra, sea el escaparate en el que se ve mejor la sonrisa limpia de los niños. Los Reyes son ilusión repleta de sonrisas de aquellas gentes que aún no tienen maldad.

lunes, 4 de enero de 2010

EL PROBLEMA ES CADA VEZ MAYOR

Arrellanados ya en el 2010, nos entra la sensación de que todo es ahora como era antes. Y es así. Porque el pasar la hoja del calendario, como ya hemos hecho, no tiene más sentido que el cronológico. Nada cambia porque estemos en otro año. Los problemas siguen siendo los mismos y ante nuestros ojos aparecen con toda su cruda realidad. Seguimos, aquí y ahora, como ayer mismo, con un paro laboral que causa desazón en millones de familias. Cuatro millones de parados ya y probablemente se alcanzarán los cinco en los meses próximos venideros. No es un problema esto, es una tragedia. Millones de personas la padecen en sus propias carnes. Creo que casi ninguno de nosotros estamos al margen de los que la viven en primera persona. Tengo familiares, amigos y simples conocidos que se quedaron sin trabajo y ahora no encuentran dónde colocarse. Algunos ya ni cobran el subsidio de desempleo. ¿No es para que nos echemos todos a temblar? Una sociedad con un porcentaje de parados tan elevado (nos acercamos al 20 por ciento) tiene un futuro muy negro.

La crisis parece que va a durar mucho más tiempo del que los ilusionistas que nos gobiernan predecían. ¿Alguien ve luz alguna que nos anuncie la salida de este negro túnel en el que nos encontramos? ¿Existe algún brote verde de aquellos que tan pomposamente se anunciaron desde las altas instancias de la gobernación? ¿Los ciudadanos confían en que pronto concluirá esta etapa de vacas flacas y volveremos a vivir en mejor situación? No se perciben respuestas afirmativas, lo que nos lleva a seguir inmersos en el pesimismo.

No hay mal que cien años dure, dice el refranero, tan sabio casi siempre. A eso me quiero acoger. Épocas hubo en nuestra historia donde pareció que todo se hundía. Al final, cuando cambiaron los remadores, la navegación corrigió el rumbo y se llegó a puerto. Mientras esto no sucedió, los desastres fueron continuos y muchos desaparecieron en medio de la travesía. Lo que ahora mismo está sucediendo. Hasta que los remos no sean tomados por otros remeros, lo vamos a pasar muy mal.

Lo más grave, a mi entender modesto, es el tiempo que se ha perdido y el que se va a perder. Porque nada eficaz se ha hecho por resolver la situación y nada va a hacer quien ni siquiera se quiso enterar de que el barco corría peligro de hundirse. Está, el personaje, inhabilitado por sí mismo para resolver la grave situación que nos afecta, porque el problema es él.

viernes, 1 de enero de 2010

¡QUÉ TRANQUILA ESTÁ LA CIUDAD!


Es una delicia, a media mañana de este primero de año, pasear por las calles de la ciudad murada. Solamente se escuchan las pisadas del viandante y el repique de algunas campanas convocando a las celebraciones religiosas festivas. Es uno de enero y luce un espléndido sol, aunque alguna nube amenaza con encubrirlo. Dicen que nevará. Ayer cayeron unos copos de nieve que sirvieron para cubrir de blanco algunas zonas que ahora resultan más atractivas con la luz solar y la suave capa del blanco manto. Es 1 de enero de 2010. Son las 10 de la mañana. La gente, en su inmensa mayoría, descansa ahora del desasosiego de anoche. Aquí y hasta en el último rincón. Hemos convertido el paso de un año a otro en una de las celebraciones paganas más exaltadas. Es como un rito cuasi sagrado que se le rinde al dios de la cronometría, que tanto está metido en nuestra sociedad. Es la celebración de un culto repleto de trivialidades que, lo mejor, a mi entender, es tomarlas con sentido del humor, sin otro segundo sentido. Comer 12 uvas al son de las 12 campanas del reloj que marcan las 12 de la noche, el tránsito de un año a otro. Ponerse gorritos de colores. Armar jaleo. Bailar sin ritmo ni compás. Llenar de mensajes los teléfonos móviles felicitando a gentes a las que a lo mejor en todo el año se les ha recordado… Basta ver cómo se congregan en torno a los relojes de pueblos y ciudades miles de devotos que esperan escuchar con anhelante veneración sus voces campaniles.

Pues ya pasó la para algunos noche mágica y para otros festiva y estrepitosa. Por eso, ahora la ciudad respira una calma que solamente en esta mañana del primer día del año se palpa con los ojos y oídos. Disfrutarla es un placer, pues casi ni ruidos de coches se escuchan.

Once y la perra labrador, que es parte de la familia, vivimos en casa el adiós a 2009 y el saludo a 2010. A nuestro modo, también armamos ruido. Hasta Los Segadores (Els Segadors)cantamos. Y el himno de Asturias, y el de Valencia... Y muchas otras canciones. También se repartieron las uvas que un servidor nunca ha sido capaz de comer al acompasado ritmo del bronce del reloj de la madrileña Puerta del Sol. A la perra Lati, que no es amiga de la fruta, pues 12 trocitos de salchicha, que ella también es animal de Dios y disfruta con tanto alboroto saludando a unos y a otros. Eso sí, los cohetes y petardos la ponen histérica. De todas las décadas, de 20 a 80 años, éramos los que nos reunimos para la ceremonia de la salutación al año nuevo. Nos deseamos felicidad unos a otros y que este año nuevo no sea peor que el ya acabado 2009.

El tiempo ha impuesto su ley. El que ya pasó, para recuerdo sirve. Y para aprendizaje, que no deben obviarse sus enseñanzas. El presente, a vivirlo, que es un día tras otro día. En paz con uno mismo y con los que nos rodean, generosos con los otros, felices en todo lo que hagamos. Hasta que Dios quiera que lo disfrutemos.