lunes, 4 de enero de 2010

EL PROBLEMA ES CADA VEZ MAYOR

Arrellanados ya en el 2010, nos entra la sensación de que todo es ahora como era antes. Y es así. Porque el pasar la hoja del calendario, como ya hemos hecho, no tiene más sentido que el cronológico. Nada cambia porque estemos en otro año. Los problemas siguen siendo los mismos y ante nuestros ojos aparecen con toda su cruda realidad. Seguimos, aquí y ahora, como ayer mismo, con un paro laboral que causa desazón en millones de familias. Cuatro millones de parados ya y probablemente se alcanzarán los cinco en los meses próximos venideros. No es un problema esto, es una tragedia. Millones de personas la padecen en sus propias carnes. Creo que casi ninguno de nosotros estamos al margen de los que la viven en primera persona. Tengo familiares, amigos y simples conocidos que se quedaron sin trabajo y ahora no encuentran dónde colocarse. Algunos ya ni cobran el subsidio de desempleo. ¿No es para que nos echemos todos a temblar? Una sociedad con un porcentaje de parados tan elevado (nos acercamos al 20 por ciento) tiene un futuro muy negro.

La crisis parece que va a durar mucho más tiempo del que los ilusionistas que nos gobiernan predecían. ¿Alguien ve luz alguna que nos anuncie la salida de este negro túnel en el que nos encontramos? ¿Existe algún brote verde de aquellos que tan pomposamente se anunciaron desde las altas instancias de la gobernación? ¿Los ciudadanos confían en que pronto concluirá esta etapa de vacas flacas y volveremos a vivir en mejor situación? No se perciben respuestas afirmativas, lo que nos lleva a seguir inmersos en el pesimismo.

No hay mal que cien años dure, dice el refranero, tan sabio casi siempre. A eso me quiero acoger. Épocas hubo en nuestra historia donde pareció que todo se hundía. Al final, cuando cambiaron los remadores, la navegación corrigió el rumbo y se llegó a puerto. Mientras esto no sucedió, los desastres fueron continuos y muchos desaparecieron en medio de la travesía. Lo que ahora mismo está sucediendo. Hasta que los remos no sean tomados por otros remeros, lo vamos a pasar muy mal.

Lo más grave, a mi entender modesto, es el tiempo que se ha perdido y el que se va a perder. Porque nada eficaz se ha hecho por resolver la situación y nada va a hacer quien ni siquiera se quiso enterar de que el barco corría peligro de hundirse. Está, el personaje, inhabilitado por sí mismo para resolver la grave situación que nos afecta, porque el problema es él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario