Leo, en esta mañana de nubes y claros abulenses, los periódicos de España, incluyendo mi querido “Diario de Ávila”, más que centenario, pero rejuvenecido en el palpitar de sus páginas. Hasta se me pone la carne de gallina por lo que aparece en las portadas de todos ellos y, de manera especial, en sus editoriales. La situación en este país es casi de catástrofe, económica y social. Y añadiría yo que de valores también. A la conclusión que todos llegan es que el principal culpable de todo ello es José Luis Rodríguez Zapatero, abulense consorte, vallisoletano de nacimiento y leonés de adopción y querencia, aunque resida en Madrid, capital del Reino.
Hemos superado los cuatro millones de parados, según los datos oficiales, que están maquillados, porque la realidad es más cruel, lo que ya debe el Estado (o sea, lo que tendremos que pagar los ciudadanos) supone una décima parte de lo que produce el país, la desconfianza de la sociedad, globalmente, en sus dirigentes es casi nula… y la sensación de que esto irá a peor crece día tras día.
Si yo fuera José Luis Rodríguez Zapatero y tuviera en mis manos decidir sobre problemas que hacen sangrar a los ciudadanos (con nombres y apellidos) me marcharía a mi casa abriendo la puerta a otro que gobernara mejor que yo. Pero esto, el inquilino actual del palacio de la Moncloa no lo va a hacer. Sencillamente, es mi apreciación, porque él no cree que haya problemas serios y porque está convencido de que su ideología, la suya personal, no la de las siglas de su partido, es la única verdad que debe ser defendida ya que las demás están en el error. ¿O no recordamos ya cuántas veces negó que hubiera crisis económica, a pesar de las innumerables voces que demostraban la realidad? Él, que se considera el mesías salvador de su pueblo, está, así se ve así mismo, en posesión de la varita mágica que nos llevará a la tierra prometida donde habrá abundancia de leche y miel.
José Luis Rodríguez Zapatero nos lleva a la catástrofe. Hasta los que férreamente le siguen, en voz baja, para no ser delatados, dicen que ya no sirve para gobernar. Los que bien le conocen, desde antes de asumir la responsabilidad política que ahora tiene, no apuestan por él. ¿Ha habido en esta democracia un gobernante peor que él? La historia le juzgará. Pero mientras ese día llega, los españoles lo vamos a pasar mal, mañana peor que hoy, porque quien nos gobierna es un inepto al que un pesado manto de soberbia le impide sentir lo que la calle respira. Dirá, ante las encuestas que hoy aparecen en diferentes periódicos (donde hasta los que le dieron su apoyo le dicen muy mayoritariamente que se vaya), que no pasa nada, que todo es una mala interpretación y que las cosas se están haciendo razonablemente bien. ¿No hay nadie, en su partido o fuera de él, que sea capaz de convencerle, de la manera que sea, de que el problema de España es él, que se llama José Luis Rodríguez Zapatero, es abulense consorte, leonés adoptado y vallisoletano nacido?
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