sábado, 6 de marzo de 2010

LA DERECHA TIENE MUCHOS COMPLEJOS

Nunca he entendido el temor, a veces reverencial, que en esta España nuestra tienen muchos políticos del centro y de la derecha a exponer sus ideas, programas y críticas. También las personas de a pie que, militen o no en formaciones conservadoras o centristas, se encuentran en parecida situación y hasta tienen miedo, muchas veces, en expresar su opinión sobre los asuntos que a todos nos conciernen. Aquí parece que solamente los que se llaman progresistas son demócratas. Los demás son los cavernícolas de la extrema derecha, nazis, totalitarios, fascistas, xenófobos, etc., etc.

En la sociedad española actual, hay que perder el miedo a manifestarse como uno cree y siente. Con respeto pero con firmeza. Hay que decir las cosas claras, porque al pan hay que llamarlo pan y al vino, vino. Los progresistas pueden ser demócratas, pero también dictadores. ¿Qué régimen comunista, por ejemplo, ha actuado democráticamente? No conozco ninguno. Al contrario, para mí el sistema comunista soviético fue tanto o más cruel que el de Hitler, que fue una auténtica brutalidad en todos los sentidos. Y Cuba, que sigue viviendo en la miseria moral y material (lo digo con conocimiento de causa porque lo he visto con mis propios ojos) es una dictadura atroz, no solamente porque debe morir a presos políticos en huelga de hambre, sino porque todos los ciudadanos están sometidos a un férreo control policial y a vivir en la miseria. Que alguien intente defender el sistema político de los dictadores hermanos Castro es una burla a los más mínimos principios de respeto a la libertad del ser humano. Pero ya sabemos que hay opiniones para todos los gustos y aunque no nos agrade, tendremos que respetar a los que cantan alabanzas a los dictadores, sean los Castro, Chaves o los de otras cuerdas de su misma línea. Eso sí, respetar no quiere decir que tengamos que callarnos como asintiendo. Hay que levantar la voz, y exponer las propias ideas sin miedo. Vivir acomplejados no conduce más que a situaciones que la historia nos ha relatado como trágicas. ¿O hemos olvidado cuando los alemanes callaban ante las barbaridades que cometía Hitler?

No, los progresistas no son más demócratas que los que no piensan como ellos. Esa es la mentira que ellos tratan de convertir en verdad a fuerza de repetirlo una y otra vez. El hecho cierto es que la democracia, que es el sistema político menos malo de todos los existentes, no vino de la mano de la llamada progresía, sino más bien de los “apestosos” liberales y derechistas. Y éstos son los que la han mantenido viva donde aún lo está y han conseguido que retornara a los lugares donde el progresismo dictatorial la desterró.

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