lunes, 15 de marzo de 2010

ESTE ES DE LOS NUESTROS


Tengo la impresión de que nunca antes, desde el comienzo de la democracia, hubo tanto sectarismo como hay en la actualidad. Cada día que pasa la fractura social en este país nuestro es más evidente. Si se trata de defender a quien es de nuestra ideología por sus manifestaciones o por sus obras, pues se le defiende a capa y espada, aunque lo que haya hecho o dicho esté mal y hasta sea punible. No importa. A los que están en nuestro bando, se les protege, y ojo, que nadie ose tocarle un pelo o lanzarle la más mínima crítica. Se forman piñas ideológicas tan sectarias que impiden debates razonados. Es, llevado al extremo, lo de eres mi amigo y estás conmigo en todo y me defiendes siempre o eres mi enemigo. No hay términos medios.

¿A dónde quiero ir a parar tras este preámbulo? Pues a la poca ecuanimidad que se percibe en muchos comportamientos que nos traen permanentemente los medios de comunicación. Un artista de izquierda carga contra un preso político cubano que murió en huelga de hambre al que califica lisa y llanamente como delincuente común. Lamentable, desde el punto de vista del sentir de las personas no sectarias que criticaron al régimen comunista de Cuba. Otro artista, de los que ganan millones también, se suma al primero e iguala la censura de unas fotos de políticos en una exposición valenciana con lo que pasa en Cuba, donde la libertad no existe. A este segundo artista le responden desde otro bando político anulando sus conciertos en una localidad mediterránea donde no gobierna la izquierda, porque no van a contribuir, se supone, a hacer más ricos a los que les denigran.

Otro hecho: a un juez, el más famoso de todos los jueces españoles, le caen tres querellas por otras tantas actuaciones judiciales que los denunciantes consideran son comportamientos delictivos. Pues el propio denunciado se permite arremeter contra el partido político que no es de su agrado e incluso exige que se abstengan de juzgarle los magistrados que él considera que no son sus amigos. Como queriendo decir que él es suficiente para juzgarse a sí mismo. En su apoyo sale hasta el propio presidente del Gobierno, ministros y políticos de su ideología y sus fans del llamado sindicato de artistas de la ceja que no consienten que nadie ponga en duda que el famoso juez es intocable. Hace pocos años, a otro juez se le suspendió del cargo cuando se presentó contra él una querella. Por supuesto, éste no recibía aplausos de los izquierdistas sino todo lo contrario y por eso fue suspendido de ejercer como juez inmediatamente.

Sé que esto es difícil de arreglar porque el sectarismo lo está invadiendo casi todo. Debo confesar que hay personas admirables en todas las ideologías políticas y religiosas y que los sectarios son los menos. Pero sucede que a éstos es a los que se les oye y se le da propaganda y por eso mismo es fácil convertirlos en ejemplos a imitar. Ahí es donde está el mal. Desgraciadamente, los buenos, la mayoría, pues no tienen altavoces tan privilegiados.

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